1. LEE LAS BASES Y CONDICIONES
Las bases y condiciones existen por una importante razón, leelas siempre.
Cuando una institución abre una convocatoria y comienza a recibir cientos o miles de proyectos, muchas veces el primer filtro pasa por la estructura.
Las bases y condiciones no son un montón de palabras sin sentido unidas con el fin de aburrirnos en su lectura, al contrario, son criterios de evaluación que enmarcan desde las temáticas hasta los formatos de presentación.
Cuando comenzamos a entender y a amigarnos con las consignas, estamos, además, entrenando nuestra “capacidad de negociación”, incursionando en una nueva forma de pensar y presentar nuestro proyecto de manera estratégica.
2. ¡SÉ COHERENTE!
En muchas oportunidades estamos tan obstinados en realizar nuestro proyecto a nuestra manera que, olvidamos, que tanto nuestra gestión como la propuesta conviven con otros actores que pueden impulsarlo.
Si presentas un proyecto de $60.000 usd a una convocatoria de $50.000 pesos, sin patrocinantes o sponsors o apoyo económico, probablemente la lectura de este primer planteo sea que la estrategia de financiación no está bien planteada y que no estas realizando la gestión de manera coherente.
Si tenes un proyecto de $50.000 presentalo a convocatorias que cubran ese monto. Si tenés proyectos mayores a los montos destinados frecuentemente a proyectos culturales, pensá en alianzas, vínculos o propuestas que puedan acompañar tu gestión.
Ojo: evitá generar más acciones o actividades que salgan de tu proyecto, sólo por apoyo económico. Ese apoyo seguramente va a cubrir la nueva propuesta, que tendrás que armar y desarrollar, pero también es probable que sigas relegando la ejecución del proyecto inicial, cambiando tus objetivos, tiempo y hasta equipo.
3. INDEPENDIZÁ TU PROYECTO
No dependas nunca de convocatorias o subsidios para la ejecución de tu proyecto.
Tené en cuenta que los subsidios pueden ser herramientas para potenciar tu proyecto en marcha
Nunca te sientes a esperar por la aprobación de un proyecto, presentate en todas las convocatorias que puedas (con los ajustes estratégicamente hechos para que no se pisen, pero sí para que se potencien y fortalezcan), busca siempre formas alternas de financiamiento.
4. UN SÍ SÓLO ES SÍ, CUANDO ES SÍ
Muchas personas piensan que aplicar a una convocatoria o subsidio implica que su proyecto será seleccionado, cuando en realidad, nunca se debe contar con su aprobación hasta que efectivamente, está aprobado.
Parece una obviedad, pero es muy frecuente escuchar comentarios sobre el inicio de proyectos y sus respectivas facturaciones cuando aún no han sido publicados los resultados de la convocatoria a la que se presentó.
A esto sumemos, que el plazo mínimo de presentación, evaluación y comunicación de resultados es de 4 a 5 meses, luego la disponibilidad de los fondos inicia entre uno y cuatro meses después de anunciados los seleccionados.
Recomendaciones:
Ajustá tu presupuesto a la actividad del año siguiente
Nunca te comprometas en nombre de la convocatoria o efectúes pagos antes de tener la confirmación oficial de la aprobación de tu proyecto en la convocatoria.
5. TIEMPO & DINERO, POR SIEMPRE JUNTOS
Siempre que presentes un proyecto, tené en cuenta que es tan importante el presupuesto como el cronograma de trabajo, que comprenda no sólo las fechas de pre producción, producción, post producción y evaluación de resultados, sino que también dé cuenta de los roles de tu equipo.
El uso del presupuesto otorgado por un subsidio siempre tendrá que reflejar los gastos reales del mismo. Una manera de poder organizar la administración/facturación del mismo, es poder detallar los procesos, equipo/proveedores y valores de cada uno de acuerdo con lo presentado en tu proyecto.
EXTRA TIP: UN PROYECTO ORGANIZADO ES UN PROYECTO FELIZ
Luego de presentarte a un par de convocatorias y premios en un mismo período, te darás cuenta que si tenés tu proyecto correctamente organizado, en un formato que te permita actualizar y ajustar la información de manera rápida, podrás ajustarlo a los distintos requerimientos sin necesidad de improvisar, inventar o presentar proyectos incompletos y con problemas estructurales.
¡¡Esto implica, mayor efectividad que también percibirás (sin exagerar) como mayor felicidad!! De esta manera, estás asegurándote una autogestión más productiva y ágil.
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Existen otra buena cantidad de tips para adentrarse en el mundo de la presentación de proyectos y no solamente dejar de sufrir sino, comenzar a pensar, armar y sistematizar cada uno de manera estratégica.